sábado, 10 de julho de 2010

ella mira por la ventana el mundo allá abajo. en algunos días el cuerpo busca. salle con sus amigos, se sienta en una mesa, pide una bebida y no se detiene. ¡dice algo! ¡decir es un disparate! se embriaga. la búsqueda ahora es más real, mismo con baco. hace el cuerpo bailar con la música. la música salva la noche, es buena... recuerda siempre la ausencia que hace el otro. ah, ¡dame fuerza de contemplar sin asco mi cuerpo y mi corazón!, dijo baudelaire, se acuerda mientras sirve otro trago de vodka en sus labios. quizá sea el fin... por que no apoyaría otra vida... una es hermosa, pero suficiente. desnudez y desgarro en la noche y en toda la existencia. baila el cuerpo hasta las siete y después duerme el sueño de la eternidad... en el sueño vos aparece a veces... pero de ninguna manera ella aprende a volar. va por el suelo. el mar... quítate la ropa. inmersión del cuerpo, una bomba de sangre. mancha de aceite. la racionalidad es una estupidez pero todos se sirven. el amor se revela y se escabulle en la noche. el amor y la soledad. según aristóteles, las cosas se diferencian en lo que se parecen, y en ocasiones los seres llegan a separarse por lo mismo que aman... te he visto vagando por milenios, milenios....

terça-feira, 6 de julho de 2010




Três palavras


Curta de 17 minutos,
baseado em meu conto "Diálogo de dois amigos".

Direção e fotografia por Gabriela Leite;
Roteiro, atuação e finalização por Paulo Thiago;
Assistência de direção e roteiro por mim;
Trilha por João Omar.

Selecionado para o Festival de Inverno de Ouro Preto e Mariana.

Site do festival, com a programação:
http://www.festivaldeinverno.ufop.br/2010/home.php



 

roteiro para curta em três atos


dia 1
amanhece. e você na estrada...
a casa, imensa!

dia 2
a casa. e você amanhece...
a estrada, imensa!

dia 3
a casa, o amanhecer,
a estrada, o imenso...
até você,
tudo derrete em saudade.

sexta-feira, 2 de julho de 2010

A sombra (ou poesia sem vida)




As luzes
que iluminam a sala são idênticas
             
                não
são idênticas



A primeira,
ao lado esquerdo,
elétrica e vestida de abajur vermelho,
clareia as mãos que a teia tecem.

A outra,
aos pés do sofá, de fogo,
equilibra-se na borda da garrafa verde
enquanto lambe dentro,
merlot, o vinho.

A luz aveludada –
pois dela me sirvo e
não do cálice
tornado desejado porque descrito;
à direita,
feita de cordão queimado,
não serve para fazer ver,
mas para aquecer os membros
já iluminados.

Uma terceira resta ainda à frente,
branca e fria,
da tela que reflete
o que possa perseguir os dedos.

Atrás, na parede,
alheia a temperatura e pressão,
sem calor nem cor,
projeta-se uma onda silenciosa de movimento
do inverso que as habita.

é única.